Jugar con plastilina, además de estimular la creatividad del niño, mejora su capacidad par concentrarse y facilita el proceso de lectoescritura.
Aplastar o moldear un trozo de plastilina, mezclarla con otros y crear piezas que forman un pequeño mundo para el niño, es mucho más importante de lo que se cree.
Es un material con el que pueden trabajar con total libertad y confianza, y darle rienda suelta a la imaginación.
María Ligia Cifuentes, psicopedagoga de la Clínica Reina Sofía, quien desarrolla actualmente el programa de psicopedagogía y terapia lúdica con niños hospitalizados, comenta: “La plastilina es un material con el que los niños tienen contacto directo e inmediato; pues el hecho de que puedan moldearlo como quieran y de forma rápida hace que se desarrolle mejor su sistema propioceptivo, que es el que permite que la información que el niño recoge a través de su cuerpo, la pueda interiorizar y expresar. Así, sus procesos de aprendizaje se facilitan posteriormente”.
Para trabajar con niños menores de 3 años es preferible hacer plastilina casera (harina con un poco de agua y colorante comestible) ya que es muy probable que se lo lleven a la boca. Además la plastilina casera es mas blanda y manejable para estos niños.
Trabajar con este material tiene muchos beneficios:
Trabaja la motricidad fina.
Ayuda a relajarse en momentos de estrés.
Desarrolla la atención y aumenta la capacidad de concentración.
Desarrolla la imaginación y la creatividad.
Aumenta la autoestima, ya que lo que se proponen hacer lo pueden conseguir.
http://www.abcdelbebe.com/la-plastilina-una-aliada-de-la-estimulacion-y-la-creatividad
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